29 de septiembre día mundial del corazón: Ansiedad o problema cardíaco, ¿Cómo diferenciarlos?
- Jorge Covarrubias
- 8 oct
- 3 Min. de lectura
El 29 de septiembre se conmemora el Día Mundial del Corazón, una fecha que nos invita a reflexionar sobre la importancia de cuidar este órgano vital y recordar que la salud cardiovascular no solo depende de lo físico, sino también de nuestra salud emocional.
Sentir que el corazón late rápido, experimentar falta de aire o sudoración excesiva puede ser aterrador. De inmediato, muchas personas piensan: “¿Y si me está dando un infarto?”.
La realidad es que esos mismos síntomas también aparecen en un ataque de ansiedad. Entonces surge la pregunta clave: ¿Cómo saber si lo que siento es ansiedad o un problema cardíaco?
¿Qué es la ansiedad y cómo afecta al corazón?
La ansiedad es una respuesta natural del cuerpo ante una amenaza percibida. Activa el sistema nervioso simpático y provoca cambios físicos inmediatos como:
Aumento de la frecuencia cardiaca.
Respiración acelerada.
Tensión muscular.
Sudoración excesiva.
En situaciones puntuales, estos síntomas son adaptativos. El problema surge cuando aparecen de manera frecuente, intensa o sin causa clara: ahí es cuando la ansiedad se convierte en un trastorno.
Estudios clínicos en México muestran que hasta el 79% de los pacientes en clínicas metabólicas presentan algún grado de ansiedad, y que esta se asocia con hipertensión, resistencia a la insulina y disfunción endotelial.
Síntomas de un infarto: cuando el corazón pide auxilio
Un infarto agudo de miocardio ocurre cuando se obstruye una arteria coronaria, impidiendo que la sangre llegue al músculo cardíaco.
Los síntomas más frecuentes son:
Dolor opresivo en el pecho que dura más de 30 minutos.
Dolor que se irradia a brazo izquierdo, mandíbula, espalda o estómago.
Sudoración fría, náuseas o vómito.
Sensación de debilidad extrema o de “muerte inminente”.
A diferencia de la ansiedad, en el infarto el dolor no cede con reposo ni respiración profunda, y suele estar acompañado de cambios en estudios médicos como electrocardiograma o marcadores sanguíneos.
Ansiedad vs. corazón: la delgada línea
El desafío clínico es que la ansiedad puede imitar los síntomas de un problema cardíaco.
La evidencia científica señala que:
La ansiedad y la depresión incrementan el riesgo cardiovascular.
Después de un infarto, es común que aparezcan ansiedad o depresión, complicando la recuperación.
En un estudio de caso-control, los pacientes con infarto mostraron niveles más altos de ansiedad, pero fue la depresión la que se relacionó de forma significativa con un peor pronóstico.
En otras palabras: la mente y el corazón están estrechamente conectados. Lo que ocurre en uno afecta en el otro.
¿Qué hacer si no sabes si es ansiedad o un infarto?
Acude a urgencias si presentas dolor intenso en el pecho, falta de aire, mareo súbito o sudoración fría.
Descarta causas médicas con un chequeo cardiológico. recuerda que es recomendable realizarse un chequeo de laboratorio completo al menos una vez al año.
Atiende la ansiedad de raíz: la terapia cognitivo-conductual, técnicas de relajación y cambios de estilo de vida son altamente eficaces.
No normalices el malestar. Ignorar tanto la ansiedad como los síntomas cardíacos puede ser riesgoso.
Conclusión: en el Día Mundial del Corazón
La ansiedad puede confundirse con problemas cardíacos, agravar enfermedades cardiovasculares e incluso aparecer después de ellas. Por eso, diferenciar ambos escenarios no solo brinda tranquilidad, también puede salvar vidas.
El Día Mundial del Corazón, es un buen recordatorio de que cuidar tu mente también es cuidar tu corazón.
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Revista Médica. (s. f.). Salud mental: Ansiedad y sistema cardiovascular. Revista Médica. Recuperado de https://revistamedica.com/salud-mental-ansiedad-sistema-cardiovascular/
Arturo Covarrubias
Maestro en Terapia cognitivo conductual, Licenciado en Psicología clínica con estudios que lo avalan como especialista en el manejo de Ansiedad, depresión y otros problemas emocionales.
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